Organizar[se]

No es un secreto para nadie que soy una de las personas más desorganizadas que existe. Normalmente pierdo harto tiempo en la procrastinación [que yo prefiero llamar momentos creativos] y acabo abusando de mi innata capacidad para arrojarme a la aventura a escasos centímetros del deadline. Recapitulo y veo que hay un montón de tareas [académicas] pendientes, proyectos que seguir puliendo, juntas por realizar... un buen de cosas que de pronto se me ocurren y que luego postergo ad infinitum. Y también hace falta tiempo para los amigos.

Recuerdo que tengo un programa de Post-Its en mi computadora. En mi monitor aparecen unos curiosos papelitos amarillos. Pero casi todos dicen cosas como: terminar los trabajos de Guionismo, hacer tarea de Cualitativo, etcétera. También, por recomendación de Unmigue, comencé a usar FreeMind, una utilidad para hacer mapas mentales que también ayuda. Pero aún así sufro de un caos creativo [uno de los eufemismos que más me gusta para mi desorden].

Tengo la mala costumbre de estar generando proyectos y nunca consolidarlos. O aburrirme con facilidad y perder el objetivo. Afortunadamente, eso se compensa con una extraordinaria capacidad para reaccionar e improvisar. Pero no debería alegrarme tanto, porque una buena planeación podría evitar que esté maniobrando para hacer las cosas. Digo, no es que me vaya a volver metódico y calculador, pero pues un poquito de orden sí ayuda. Entre si me decido a ordenar o no, seguiré viviendo en la libertad que me proporciona el ignorar las fechas límites y hacer todo casi al final. Le da más sabor a la vida.

Y héme aqui, una mañana de lunes [como cualquier otra], con una tarea [inmensa] de Estudios Críticos a cuestas que debo acabar antes de las 2:30 pm, cortesía de mi desorganización.