Día de Reyes
¿En qué momento dejamos de creer en los Reyes Magos? ¿En qué año de primaria llegó el típico amigo culerito que te raja la ilusión por siempre? ¿Cuándo dejas de creer en la magia de que ellos te traerán regalos considerando lo bien que te portaste? ¿Cuándo te das cuenta de la relación directamente proporcional entre dinero en casas y regalos del día de Reyes? ¿Por qué hay niños que se enojan si los Reyes no les dieron específicamente lo que pedía la cartita? ¿Cuándo dejas de mantener el ojo pelón en la noche, esperando que ya sea el 6 para ver tus nuevos juguetes?
Hoy llegaron mis sobrinos a dejar sus zapatos y sus cartas. Chintolín, por mera deducción, ya sabe quiénes son los Reyes Magos, pues a los once años uno ya es docto en esos temas. No en balde Chintolín trató de convencer a su primo Cabecitadeperro [currently: 6 años], de pedir un Xbox aquí en la casa, con toda la maña del mundo. Cuando uno crece [y peor, se vuelve comunicólogo] se da cuenta como la TV [y otros medios] bombardean al niño con muñecos con accesorios que nunca usarán, o juguetes cuya única distinción entre modelos es el color. ¿Cuándo dejamos de agradecer tener un regalo y optamos por enojarnos por no obtener la chuchería que pedimos?
Recuerdo tres días de Reyes por sobre todos. El primero, cuando sólo recibí tres regalos. No me había portado mal, ni mis calificaciones eran malas. Obviamente, la situación económica no era la óptima. Pero recuerdo que estaba inmensamente feliz con mis regalos, sin importar que no fueran lo que pedí. Who cares? Eran juguetes y eso importaba. El segundo día que recuerdo fue cuando desperté, como a los 9 años, y había un camino de juguetes desde mi cama hasta el árbol, bajando las escaleras. Juro y perjuro que ese día había magia en el ambiente, magia de verdaderos Reyes Magos. El tercer día que recuerdo, fue cuando tenía 19 años. Recuerdo haber salido a las 11 pm a comprar regalos para mis sobrinos. Llegué y acomodé los juguetes, y sentí algo parecido a lo que sienten los papás cuando se vuelven Reyes Magos. Me fui a dormir. Al despertar, estaba mi zapato [mismo que no dejé yo] y un balón de fútbol. Fue increíble. Estaba tan alegre con el balón que mis sobrinos olvidaron sus juguetes y se fueron a jugar conmigo.
Hoy es noche de Reyes. Hoy sucede la magia. Mi mamá me preguntó que qué quería de Reyes. Yo, con harta sinceridad, le dije que me conformo con estudiar donde estudio. Esta vez, por primera vez, no recibiré un juguete mañana por la mañana. O quién sabe, la magia opera de maneras que no conocemos.
7 comentarios:
No pues a mí me rajaron la ilusión como a los ocho, de hecho mi madre tenía la mala costumbre de regalarme pijamas o algo así y mi papá los juguetes, a lo cual mamá siempre decía, " y cuidala porque me salió muy cara", jajaja, así q supe, pero nunca perdía la ilusión hasta la secundaria.
AAAh, tmb una vez un cuate q vivía casi enfrente d la casá de mi papá, me dijo el seis d enero d no se q año pero no tenía mas d ocho años, " vi a tu papá en la noche bajando del carro tu bici"... jajajaja.
Chale, ps yo la verdad no me acuerdo cuando me rajaron la ilusión, pero estoy seguro que el Rich tuvo algo que ver...
Yo quería una tortuga ninja cuando me cortaron (mi hermana) la ilusión a mis escasos 9 añitos.
ToT
Yo perdí la ilusión justo el día de Reyes, como a los 9 o 10 años. Ya andaba tanteando el terreno soltándole a mi mamá cosas como "Ya dime la verdad, los Reyes no existen..."; así que esa fatídica noche, cuando mi papá metió el coche para ya irnos todos a dormir, dije con aires muy maduros que iba a "ir a ver en la cajuela". Todos se quedaron en la sala viéndome salir, sin retenerme. Supongo que fueron momentos de silencio hasta que oyeron un grito un llanto desgarrador.... Claro, me asomé por la ventana de atrás del carro y vi mi pelota de catarina gigante [sobre la que te podías subir para desplazarte rebotando con ella, agarrándola de las antenitas]. Perdí la ilusión. Pero con qué cariño la recuerdo.
OMFG! Es decir... suicidaste tu ilusión!! O_O Hay que tener pantalones para eso, mademoiselle
Yo también de regalo me conformo con el pueblo bonito.
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