miércoles, enero 24, 2007

Tranzacción

Ayer me paró un trancho. Venía saliendo de La Tetera con 4nc, cuando arranqué el auto y avancé unos cuantos metros sin percatarme que tenía las luces apagadas. Al darme cuenta, las encendí, pero frente a mí estaba un polizonte color tamarindo que me indicó que me orillara a la orilla. Me empezó a dar una perorata acerca de la infracción que significaba no llevar los faros encendidos en tan concurrida y veloz calle como Royal Road to Chollywood. En fin, la hizo de hueva y amenazó con ponerme una multa. Yo insistí en ver qué reglamento lo facultaba para retenerme mi licencia [snif!] y su librito, efectivamente, le daba la razón al oficial.

Me puso la multa, y le expresé mi intención de pagarla cuanto antes. Me indicó dónde pagarla, y le solicité que me escoltara para darme mi licencia. Me dijo que me aguantara unas horas a que terminara su turno. Ante mi cortés insistencia, llamó a un compañero para que me guiara a la delegación y me entregaran inmediatamente la licencia. En lo que llegaba el compañero guía, otro trancho, más amigable que el que me infraccionó, me hizo la plática. Me comentó que me vi lento por no ofrecerle la tradicional payola al oficial, a lo que respondí que, aunque estoy conciente de sus condiciones laborales, no veía mal la aplicación de la ley. Total, hay que asumir la responsabilidad cuando uno la estropea.

Fui a la delegación, y en un dos por tres pagué la [dolorosa] cantidad de 190 pesos [incluido mi descuento de 50% por pagar a tiempo]. Me fui de retache para mi casa, cruzando nuevamente por el sitio donde el polecía me atracó. Sin embargo, el saldo fue positivo. No alimenté la corruptela, a pesar de ser lo más sencillo, y eso me hace sentirme no tan mal. Después de todos, 200 pesos es un precio justo por una conciencia tranquila.

1 comentario:

Paiki dijo...

Mira, no te salio tan mal, a mi la ultima vez que quise mostra honestidad y anticorrupcion, me quitaron la placa y me hicieron pasar por el proceso burocratico mas lentos y tedioso que he vivido.

Bien hecho, eres un buen ciudadano.