domingo, febrero 04, 2007

La pérdida de la inocencia

[Aviso al lector: está usted a punto de leer una reflexión pseudo-intelectual acerca de cosas de la industria cultural y otros menesteres. Queda usted advertido. Lléguele.]

Hoy compré dos discos sin conocer a los que tocan. Pagué $200 por ambos. A primera vista, parece una decisión de sobra estúpida, o cuando menos, arriesgada. Digo, si uno baja un MP3 sin conocer el grupo y no le late, no gastó nada. Yo ya había desembolsado mi lana. ¿Qué influyó en la decisión? Es una [ligeramente] larga historia.

Permítanme contextualizarlos en mi situación actual. Hace meses posteé [brevemente] acerca de un convenio entre UDLA e Ibero Santa Fe, haciendo hincapié en la radiodifusión. Un miembro del H. Depto. de Comunicación me contactó hace un par de días y me encargó un proyecto de radio para Ibero 90.9, con identidad musical propia y toda la cosa [después postearé largo y tendido del proyecto]. Estoy actualmente desarrollando dicho proyecto y decidí que el sonido que mejor refleja a Pueblo Bonito es el electrónico-chillout-artsy-mexicano [ya saben, Nopal Beat, Nortec, Sussie 4, etcétera]. Para apoyarme, me valí del buen Adal [el de mi clase de radio, ¿recuerdan?]. Pues Adal tuvo a bien prestarme catorce [14] CD's de música de este estilo, mismos que rippeé en mi computadora durante este fin de semana.

Hoy estaba en un Sanborns después de una infructuosa búsqueda del libro Opiniones Mohicanas de Jorge Herralde, para mi [genial] clase de Industria Editorial. Pasé por la sección de discos y recordé que Adal me comentó que encontró ambos discos de Telefunka por $99 c/u. Realicé una rápida búsqueda y me topé con un disco de Shock Bukara. Cuando vi que era parte de Nopal Beat Records, decidí adquirirlo. Al ver el costo bajo, busqué otro, y quince minutos después hallé un disco de Selectro-on, titulado chillaquilhouse. Los compré sin pensar.

Recordé las palabras de Nacho Padilla, mi profesor de IE. Dice que ya nadie lee con inocencia, pues se escoge en virtud del autor. Es decir, nos daría pena dejar de leer un libro de Vargas Llosa si lo consideramos malo, porque es Vargas Llosa. Presuponemos que el que está mal es uno, y no el autor. Eso hace que una cantidad de títulos buenos con autores desconocidos se quede en los anaqueles. Nos recomendó que aprendiéramos acerca de editores y editoriales. De esta manera, sabemos que determinado editor o colección [en mi caso, como Six Barral Biblioteca Breve] es una garantía de algo que nos agrada, aunque no sepamos quién chingaos escribe.

Apliqué esa el día de hoy, y debo decir que ninguno de los dos discos me decepcionó. Al abrir el disco de Shock Bukära, vi que Odin Parada colabora en él. Sí, el mismo Odín Parada de Sussie 4. Y con Selectro-on, dejarme llevar por el título me regaló un excelente compilado de chillout/house con música de mariachi. Hagan la prueba de comprar un libro tomando en cuenta de editorial, un disco considerando el sello discográfico o una película dependiendo la casa productora. Es la mejor forma de no perder la inocencia.

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