domingo, junio 10, 2007

México en la Copa Oro: mal y de malas

Me iba a esperar hasta que pasara el partido contra Panamá para hacer un recuento de las actuaciones de la selección mexicana. Pero la verdad es que con la derrota contra Honduras quedó al descubierto la carencia de planeación táctica en la verde. Hugo Sánchez será un excelente motivador, una figura de renombre mundial y un golpe mercalógico, pero no ha demostrado ni el temple, ni la madera, ni la madurez de un técnico de selección nacional. Hacía mucho tiempo que la selección no jugaba tan mal, y sólo me vienen dos imágenes a la memoria: la derrota contra Costa Rica en el Azteca y la derrota contra Canadá en la Copa Oro [con Hugol de técnico, by the way].

De Lavolpe se dirán muchas cosas. No soy de los que clama su regreso: tuvo su chance y la perdió. Pero hay que reconocerle el mérito de cambiarle la cara a la selección. Experimentó como loco, pero sabía leer los partidos. Hugo es como el Kikín Fonseca: muchos güevos, cero técnica. Y hasta de eso dudo, porque no se ve una selección comprometida, un equipo dispuesto a morir con la cara al Sol. En el equipo de Hugo, existe la falsa ilusión de que todos pueden ser titulares. Craso error no respetar las jerarquías, y eso ya hizo que exista conflicto entre Salcido y Hugo. Y eso es sólo el comienzo.

La selección de Hugo tenía un cheque en blanco con la afición. Se perdió con Estados Unidos, pero era el primer partido. Los siguientes triunfos fueron ilusorios, incluso el engañoso 4 a 0 a la poderosísima selección iraní. Tiene su mérito haber logrado traer a Nery Castillo: está demostrando que quiere hacerse de un lugar en la selección. Pero ni Hugo, ni Nery, ni Temo son el Mesías. Un equipo que gravita en torno a una sola figura es un equipo condenado al naufragio.

No vi completo el juego contra Cuba, pero lo que vi fue terrible. Un equipo semiprofesional, que bien podría jugar en Primera 'A', puso en apuros a México. Ok, era el equipo B, o eso parecía. Pero Cuba fue la primera alerta. No es posible ganar en esas condiciones: aprovechando dos errores infantiles sin haber generado fútbol ofensivo. Y peor, con un desprecio contra el rival. Estamos de acuerdo que el nivel de México queda muy lejos del potencial cubano, pero afirmar que no se conoce nada del equipo al que vas a enfrentar, es una grosería y una falta de concentración.

La debale vendría con Honduras. México se plantó con su posible once titular. El mentado 4-4-2 de siempre. Oswaldo en la puerta, Salcido y Magallón como centrales, Ramón por izquierda y Osorio por derecha. La contención con Torrado y Pardo, y bien abiertos Medina y Guardado. El Cuau de enganche y Omar Bravo hasta arriba. En el papel, no se veía mal el parado. Pero en la práctica fue otra cosa. Honduras salió bravo, con ganas de ganar, con hambre de triunfo. Detectó que Morales tiene problemas como defensa lateral y por ahí comenzó. Magallón inició nervioso y Pavón aprovechó para hacer desmanes por ahí. México nunca se conectó, no hiló pases. Leyó mal Hugo el juego: Guardado es habilidoso, pero no funciona contra defensas dispuestos a darle una ablandadita permanente. Le cerraron los huecos y perdió su fuente principal de ataque. Medina sí está más acostumbrado a defensas de este estilo y fue un poco más peligroso, pero hasta ahí. Cuau venía inexacto y Pardo no se acomodó. Torrado fue de los pocos que puso la muestra de cómo contener, pero su toque siempre fue un tiempo antes, lo que desgastó la maquinaria azteca. Si a eso sumamos el mal arbitraje, Honduras tenía la iniciativa. Un penal mal marcado fue el aviso. México intentó reaccionar, y Medina consiguió una falta en el área. Temo tiró el penal y la verde tomó una ventaja inmerecida. Parecía componerse el rumbo y llegó el medio tiempo.

El segundo tiempo fue para llorar. Los hondureños sí conocían a su rival. Sabían que había que desarticular a Cuauhtémoc y lo hicieron en su punto débil: el carácter. Vino la expulsión y el descontrol de la selección. Había que reajustar ¿pero dónde? En la banca estaban Ochoa, Maza, Jared, Nery, Arce y Kikín. ¿Dónde estaban Pinto, Castro o el Bofo? Mientras tanto, se dejó venir el huracán hondureño. Los extremos seguían causando dolores de cabeza y el empate llegó. Vino el primer ajuste defensivo: Maza Rodríguez por Ramón Morales. Buena decisión a medias. Recorrer a Salcido a su posición natural por izquierda y meter un central. Pero si tienes que meter al Maza para remediar una situación es porque tienes problemas graves. Lozano hubiera sido también buena opción para remendar el lado izquierdo, o recorrer a Osorio a la central y meter al Gringo por izquierda. Parecía enderezar el barco, pero seguían los problemas. Pardo había desaparecido, Bravo andaba fundido de tanto pelotazo, Guardado y Medina quería proponer pero no podían. El mediocampo gravitaba con Torrado, muy buen destructor de juego pero muy acelerado para pasar. Tardó Hugo en meter a Arce por Guardado. Medina para la izquierda y Arce en su perfil. Un buen cambio, considerando que Arce está acostumbrado a volantear detrás de la delantera en Morelia. Así, Arce se despegó de la banda, recorriendo por detrás de la media hondureña y cambió la dinámica. Pero Bravo estaba agotado. Hugo tenía a Nery, Jared y Kikín como opciones. Jared quedaba descartado porque necesita un abastecedor de balones. Entre el talento y el corazón, se decidió por Kikín. En cinco minutos no hizo nada. Llegado el minuto '90, viene un centro sencillo. El Maza se fue a segundo poste, en vez de cubrir al rematador. Salcido tuvo que hacer un recorrido que no le correspondía y perdió el duelo en los aires. Testarazo y gol. 2 a 1.

La derrota duele, pero duele más tener un equipo dirigido por alguien que no ha demostrado tener autocrítica. Lastima ver un equipo que no sabe a que juega, que desprecia a sus rivales, que no tiene hambre de triunfo, que cree que con la mera presencia derrotará a equipos con menor infraestructura pero mayor bravura. México va a calificar a la siguiente ronda. Hugo no se va a ir antes de la Copa América. Pero si no se modifica el rumbo, y si no se hace un análisis concienzudo de qué pasa, veremos a México salir tempranamente de ambas competencia. El naufragio de América.

1 comentario:

Adawolf dijo...

Vaya con Ego Sánchez y la Decepción Nacional...

Y así se quieren apuntar para un Mundial en México??

Pa vergüenzas mejor no jejeje.