domingo, junio 24, 2007

Copa Oro: el primer fracaso de Hugo Sánchez

México perdió y perdió justamente. Vi el partido y puedo decir que durante 50 minutos, México fue superior a Estados Unidos. Pero fue un espejismo, un intento por componer una imagen deteriorada en muchos partidos previos. México salió a comerse al rival, a reivindicarse. Y por poco y lo consigue. La selección mejoró mucho, pero no le alcanzó. La llegada de Márquez puso mucho orden. Entre el funcionar del Maza y el de Rafa hay dos universos de distancia. Y se notó. Mejor aun, se notó que Nery Castillo tiene ganas de ponerse la verde, y más importante todavía: tiene variantes. Si Estados Unidos sufrió es porque no supo defender contra un endiablado jugador que sabía descararse. Y cuando hizo sociedad con Guardado, el daño se potenciaba. Lástima que por el lado derecho ni Medina ni Osorio no dieran el ancho.

Oswaldo fue otro cantar. Sacó tres o cuatro bolas cantadas. Y eso dio mucha confianza. Línea por línea, México estaba dando un partido como hace mucho no lo hacía. La defensa bien parada, con salida por ambas laterales. Lozano cumpliendo por el suspendido Torrado, que después haría mucha falta. Pardo metiendo el freno cuando se necesitaba. Por la bandas, Guardado volaba y Medina quería pero no podía. Nery colándose por el centro y Jared esperando un centro que jamás llegó. El juego se antojaba para tener a Bravo desde el inicio. Vendría la lesión de Borgetti y Omar entró. Nery tomó el balón y deshizo a la defensa, metió un centro y Guardado llegó forzado a un remate que casi se vuela. Gol merecido por la individualidad.

Si la derecha no funcionó fue gracias a un jugador con muchísimo futuro: Benny Failhaber. Junto con Beasley, Failhaber movió a los gringos con una visión que Donovan no traía. Avisó con un disparo potente sus negras intenciones. Pegó en las redes por fuera como primera advertencia de que no había que cederle terreno. En el segundo tiempo, EU salió con todo. Y México perdonó. Sea por una jugada de más de Castillo o infructuosos remates de Márquez, los verdes no aprovecharon. Lozano tuvo una sin marca e impactó mal el tiro de esquina. Mientras tanto, Oswaldo se ponía el overol multiplicándose para atajar los disparos. Vendría el penal: un rebote extrañísimo del balón, el giro cambiado de Ching y el choque de rodillas con Magallón. Penal algo rigorista, pero penal al fin. Venía el duelo de la tarde: Donovan contra Oswaldo. El arquero mexicano se quiso pasar de vivo, calentar al rival, meterle frío. Pero Donovan le tiene tomada la medida y engañó con un cobro perfecto. Empate que evidenciaría, más adelante, las deficiencias del equipo.

México atacó y propuso, pero no la metió. Osorio comenzó a confiarse y Medina desapareció. La banda derecha era pradera estadounidense. Llegaría un tiro de esquina, de esos que historicamente son asesinos. Despeje que le quedó a un Feilhaber que se creyó Maxi Rodríguez y golazo. Los aficionados vimos dobles fantasmas: el triunfo estadounidense y una anotación casi clónica a la que nos sacó de Alemania 2006. Hugo hizo los cambios cuando la brújula estaba perdida. Entró Cuauhtémoc con la etiqueta de salvador que le quedó enorme. Sacó a Medina que llevaba veinte minutos extras en la cancha. Faltando diez minutos, entraría Bautista en vez de Lozano, para prolongar la agonía y esperar el chispazo de genialidad. El Bofo quedaría sólo frente al arquero y apostó por la potencia en vez de por su inteligencia. Tim Robinson mandaría al corner la más clara de México. Al final, pelotazos frontales fáciles para la defensa local. Nadie se animó a ser héroe o villano con un disparo de media distancia por culpa del miedo al rival. Beasley fallaría una de manera increíble, como recordatorio de que Estados Unidos puede aniquilar el partido cuando se le hinche en gana. Al final, Cuau pecó de genio y mandó un centro tibio en vez de rebotar el balón y conseguir el tiro de esquina de últimos segundos. El árbitro pitó y EU se llevó la Copa de Oro. México fracasó, y no hay otra palabra para describirlo. Y cuidado, porque de seguir así, la Copa América podría acabarse muy abruptamente para la verde.

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