martes, mayo 29, 2007

De mis clases con Pedro Ángel Palou

A propósito de la pregunta de Eriolo sobre mi experiencia como alumno de Pedro Ángel Palou y [por ende] de mi percepción de su persona, se me ocurrió hacer este post. ¿Por qué no le puse el tag UDLA al inicio? Porque esto que voy a narrar es una experiencia personal que no tiene mucho que ver con la situación actual de la Universidad. Tampoco voy a dar una percepción politizada del susodicho. En este caso, no se trata de declarar una postura dicotómica sobre el tema, sino que les comparto como es el Pedro Ángel que me tocó como catedrático. Alguna vez, el coordinador de Opinión de la Catarina me declaró palouita, debido a que he leído un par de sus libros, leía su blog en Boomeran(g), tomé clases con él y porque aspiro a trabajar en la gestión [o industria] cultural. Pero yo soy creyente de que no existe una única lectura de una persona, sino una lectura consensuada de sus diversas facetas. Mientras que su rol político, administrativo y ético está en tela de juicio, pido este breaking point para que permitan que les cuente, desde mi muy personal punto de vista, mi experiencia como su alumno.

Pedro Ángel Palou fue mi segundo profesor del Crack. En tercer semestre, tomé un seminario con Jorge Volpi, mismo que no concluí por el arranque del proyecto de Elocuencia 8080. En inscripciones para cuarto semestre, vi un estudio de Humanidades llamado Conciencia y Creatividad, presumiblemente impartido por Palou. Recién había ocurrido el primer escándalo de su gestión: la fusión de escuelas. Tomando como referente la excelente clase que tomé con Jorge Volpi y convencido de que valdría la pena tomar una clase con el rector, me inscribí.

La primera clase fue en la Sala de Juntas de Rectoría. Para ese entonces, Rectoría ya era un territorio inexpugnable para cualquier estudiante. Así que imaginarán mi sorpresa al tomar mi primera clase en esa sala. Recuerdo que vimos What the Bleep Do We Know?, recién estrenada. Después, pasamos a un cuarto especialmente acondicionado con cojines y unos banquitos japoneses. Ahí, Pedro Ángel nos explicó que su clase era bastante sui generis: hablaríamos de la conciencia desde el terreno de la física cuántica [!!] y haríamos zazen [!!!], una práctica oriental de meditación que permite la creación de chispazos creativos.

Tuve la fortuna de tener a Yamil [un viejo lobo de mar universitario] como compañero de clase. La segunda clase fue la del shock. Llegó Pedro Ángel ataviado con un traje oriental, parecido al de un monje o aprendiz de monje. Luego vino la segunda impresión: debíamos ponernos en una posición muy semejante a la flor de loto, con las piernas cruzadas, apoyados en un cojincito llamado safu [o algo así]. La sorpresa: todos estábamos adoloridos a los quince minutos y Pedro Ángel aguantó las dos horas y media de clase en esa posición.

Cada clase destinábamos una hora a meditar en esa salita de Rectoría y la siguiente hora y media hablábamos acerca de física cuántica, conciencia, creatividad y zen. Realmente nadie intimó con Pedro Ángel, como suele hacerse a menudo con los profesores. Salvo Yamil y yo, todos le decían 'doctor' o 'rector' [Yamil era el único desenfadado en decirle Pedro desde el inicio, a mí me tomó más clases perderle un poco de respeto a la investidura]. Sin embargo, su capacidad retórica era asombrosa. Era capaz de hechizarnos con su clase, de envolvernos con las palabras y el timing exacto. Y, sin duda alguna, sabía de lo que hablaba. Dominaba temas medianamente avanzados en física cuántica y poseía una bibliografía extensísima de referencias a los temas, misma que podía citar sin problema. De hecho, nuestro examen de medio semestre fue una reseña de alguno de esos libros. Yo todavía conservo mi fotocopiado de testimonios de hombres creativos.

Toda la práctica del zazen llegó a su final con la llegada del Reverendo Samu Sunim. Pedro Ángel había organizado una visita de este personaje a la UDLA. Hubo una semana donde Samu dio la clase. Después, Pedro planeó un retiro con el Reverendo, al que asistieron varios amigos y allegados del rector. Nos invitó por el marco de la clase, pero creo que nadie asistió. Después, hubo otra clase en la Sala de Juntas, donde nos proyectó un video acerca de los mensajes ocultos en el agua. Esa sería nuestra última clase con él, pero hay un detalle que recuerdo muy bien: al terminar la proyección, nos dijo que teníamos que hacer un ensayo final proponiendo el uso de la creatividad en nuestras carreras. A cada uno le fue dando ejemplos, y recuerdo el momento en que volteó y me dijo: 'tú puedes escribir sobre cómo hacer mejores programas de radio'. Y es que, el día de la primera clase, nos presentamos diciendo nombre, carrera e intereses. Yo había dicho que dirigía el proyecto de radio estudiantil. Y lo recordó. Lo recordó a tal grado que, después de la emisión de un programa donde se le criticó fuertemente, su secretaria me solicitó el audio porque el rector quería escucharlo.

Curiosamente esa tarde, Yamil y yo habíamos pensado un proyecto de foros universitarios. Pedro Ángel nos recibió en su oficina y se lo comentamos. Así conocí el lugar desde el que despacha. Una oficina amplia, con un escritorio al centro, una salita y un librero larguísimo con muchos títulos. Es lo que recuerdo de ese lugar. Pedro Ángel nos escuchó, nos dijo que sí, que no habría problema, nos presentó a un vicerrector y nos fuimos. De ese proyecto, jamás se consiguió realizar nada. Después terminaron las clases con él. Como parte de la materia, la segunda parte del curso implicaba oír a varios catedráticos y que nos contaran de su proceso creativo. Así fue como conocí a Germán Montalvo y a Nacho Padilla, quien a la postre se convertiría también en mi profesor.

Espero que esto que he contado muy grosso modo les sirva para entender algunos rasgos que yo encuentro en el Pedro Ángel del ojo del huracán. La retórica cautivante, la resistencia física y mental, el dominio de los temas, su desaparición de clase en un parpadeo. Y su memoria. Ese detalle donde me recordó como responsable de la radio [a pesar de que lo mencioné sólo una vez] me hizo comprender que, tal y como me habían comentado, goza de una memoria fotográfica. No olvida con facilidad, para bien o para mal. En este post no pretendo ni hablar bien ni mal de él. Mi opinión de él como persona me la reservo. No espero que con esta anécdota lo justifiquen ni que lo condenen más. Si lo hacen, han malentendido el propósito de este pequeño relato. Espero que comprendan más la manera en que percibo el discurso que maneja, ante los medios, ante nosotros y ante el público. Después de todo, tanto el político como el escritor son personas basadas en el discurso. Y Palou es una mezcla de ambos.

11 comentarios:

Anónimo dijo...

Muchas gracias por tus comentarios, que reflejan algo de la complejidad percibida en un personaje como Palou.

Yo lo senti asi, como una persona preparada que hace las cosas por alguna razon bastante procesada, cualquiera que esta sea.

Por eso que creo que la verdad de este escandalo tan penoso va mas alla de un simple compló y quiza no sabremos que sucedio ahi... por un buen rato.

El Sr. Lado Brillante dijo...

Muy interesante la verdad, siempre es dificil tomar clases con alguien que tenga un puesto importante, yo en la prepa me dio clases el vice, que hoy en dia es rector y la mitad de la escuela lo quiere linchar por decisiones que no a todos les parecen, por lo cual siempre me ven extraño cuando el pasa y se detiene a saludarme, pues hicimos buena amistad cuando era mi maestro y para entrar a la universidad me apoyo mucho, es dificil separar a las dos partes y los demas dificilmente entienden. Por la parte de la literatura solo he contado con la suerte de que Carlos Gonzales sea quien por un año haya sido mi maestro de comunicación escrita, tiene varios libros sobretodo concerniente a teorias de comunicación, no los he leido así que no puedo dar mi opinion, pero he leido una serie de cuentos suya que me agradaron bastante, y es el principal culpable de que ahora yo también escriba.

Anónimo dijo...

Gracias por tu impresión personal.
También participé en ese maravilloso curso de reseña crítica, donde Volpi, Palou y Padilla nos compartieron un ratito de su lado creativo y de escritores. Previo a ésto, no había tenido la oportunidad de conocer a Pedro Angel el escritor, y la verdad su forma de hablar y de manejar una situación ante un grupo es impresionante. He podido tener algunas charlas con él, y también me impresiona su memoria fotográfica.
Cuando nos encontrabamos en algún pasillo, expoUDLA o evento académico, siempre se detenía para saludarme de mano, llamarme por mi nombre y preguntarme por el estado de mis proyectos académicos (los cuáles también conocía), lo cual siempre me generó una grata memoria.
Durante el primer año como rector, tuvo el tino de invitar (al azar) a varios profesores, empleados y alumnos a tomar café al jardín de Rectoría para dialogar con ellos (yo participé en 2 ocasiones) y hablamos de películas, libros por escribir y proyectos académicos, como si fuesemos viejos conocidos, siempre atento y respetuoso de las opiniones de todos. Una vez nos invitó a varios profesores a cenar en su casa, y también fue muy amable, sencillo y nada intimidatorio, a la vez que hospitalario y atento a cada uno de sus invitados (incluida mi esposa).
Mi impresión de Pedro Angel es personal, y me hace suponer que lo que está pasando en estos momentos, tiene sus razones de ser. Pedro es una persona muy bien informada de todo lo que pasa en la institución, y estoy seguro que las acciones tienen un motivo concreto y justificado, aunque algunas me impactan y entristecen, por conocer a las personas que fueron afectadas.

Roberto A. Pérez Díaz dijo...

Bueno, la alternativa sería tomar una clase llena de simbología masona, sangre de pollos y enananos eunucos.
xD

Aztecas UDLA dijo...

Jajajaja, no gracias. Créeme que estar una hora semihincado, concentrado en un punto en el piso, con dolor de piernas y llevando cuenta de las respiraciones fue suficiente.

Anónimo dijo...

Y no te diste cuenta en todo ese tiempo que Pedro Ángel domina el arte de la manipulación?

Es una payasada eso de ponerse como maestro zen, una falta de respeto a tu inteligencia y un robo.

Pedro Ángel sólo habla con citas de otros, se refiere a otros, usa a los otros. Todo el sistema está a su servicio.

Creo que tu post sólo es una prueba de la locura del señor, no me sorprendería que esta versión suya del complot sea producto de su delirio de persecución.

Así como te convenció y enamoró a tu clase así tiene a sus allegados y, lo que es peor, a los dueños del changarro.

Anónimo dijo...

Estimado homónimo mío ( = anónimo), o bien anónimo de las 2:40 PM. ¿Cuando hablas de los “otros” no te estarás refieres a los “otros” de Lost, o sí?
No se si has oído el termino “Arquetipo del mal” pero creo que es exactamente lo que esta pasando aquí, es más fácil tomar una interpretación superficial y asumir que Palou es un reaccionario, manipulador (o bien ponerle una swástica en el brazo como vi en otro Blog) que tratar de ir más allá y ver distintas aristas de un conflicto sumamente complejo.
Si bien no me gusta que se haya despedido a 15 profesores del calibre de los que se despidieron, tampoco me inclino a pensar que los corrieron por que estaban buscando mecanismos para democratizar la universidad y de repente los corren.
Creo que aquí se mezclan varios asuntos relacionados con el poder de una fundación con un capital muy grande, por dos familias (Jenkins y Espinosa) que no han zanjado sus diferencias HISTORICAS, y también creo que a menos de realizar un debate de ideas y leer puntos de vista como el expuesto por Padaguan donde nos muestra una arista de un perfil intimo por demás interesante. CUALQUIER juicio u opinión estará sesgado.

Los invito pues a tratar de entre todos armar las piezas de un rompecabezas mucho muy complejo para podernos firmar una juicio de valor. Considero necesario que eventualmente se pueda emitir una opinión consensuada, que a diferencia de las cartas y desplegados recientes, esta sea una opinión muy estudiada y no a bote pronto.
Considero que este blog podría ser el foro ideal para dicho ejercicio.
Saludos

Anónimo dijo...

Coincido con el otro anónimo (ergo, coincido conmigo mismo?) respecto a que es prudente un análisis de las cosas y no una reacción visceral (como un desplegado o una protesta en la graduación), de la que luego podríamos arrepentirnos (en Chile, en los años 70's, hubo varios desplegados apoyando a Pinochet, por su valiente toma del poder y por liberar a la sociedad del comunismo que Allende encarnaba: quien iba a pensar lo que vendría...). No lo digo porque criticar ninguna acción o hecho en concreto, pero nunca es bueno actuar con los intestinos (para eso está esta cosa sobre nuestros hombros).

Anónimo dijo...

Como señalas en el post, no pretendes hacer un juicio de valor de la persona de Palou, entonces creo que los comentarios acerca de su calidad moral están fuera de lugar, porque no podemos sacar ninguna conclusión sobre esto; es decir, tal vez sí sea muy listo y culto y las arañas, pero no sabemos si sus acciones sirven a intereses particulares, además que aún siendo muy listo se puede equivocar.

Saludos

Anónimo dijo...

Me falto agregar: creo que en cuanto a su calidad moral, los hechos en la Udla hablan.

Aztecas UDLA dijo...

Se agradecen los comentarios, mis estimados lectores. Soy de la idea de hacer el análisis concienzudo - aunque también tengo mis lapsus viscerales como todos.

A propósito de eso, les dejo una idea de Heidegger que me agrada mucho: los prejuicios no son malos per se, ya que nos sirven para darnos una idea de lo que no conocemos. Lo malo es quedarse siempre con los mismos prejuicios.